viernes, 4 de mayo de 2012




Saramago mira con desconfianza.
"Este no era poeta" dice.
No escribía Nies por las calles
junto con otros cuatro locos 
que se ponían corbatas y paraguas
y salían a la luz de los tablados
donde no siempre había luz o tablas?
Dice.
No perseguía amaneceres
lunas llenas
taciturnas corazas
campanarios
ojos azules?... Dice.
Y ahora dobla papeles o penínsulas
donde el único misterio es el mismísimo mar
que  habita el valle entre dos montañas
de recuerdos 
olvidados?



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Versos como barcos de papel, necesarios, imprescindibles.

Saludos

silvia zappia dijo...

saramago, después de pensarlo mejor, dijo: siempre acabamos llegando a donde nos esperan, y lo puso como epígrafe en El viaje del elefante.

yo creo que el origamista sigue siendo un poeta

bello, abrazos*