jueves, 20 de febrero de 2014

O mar



Como no ser el mar, si mi paisaje es de fuego,
como no ser hereje si giro en torno de mi, 
de mi blasfemia, 
de mi cordura
de mi blandida espada que rasga el fondo de ese mar que me navega 
y pájaros pasan pidiendo perdón 
mientras corajes aglutinan en tormentas 
que ceden al más humano corazón que se le planta 
y lo envenena con tanta vida 
tanta conjura 
tanta bandera a media asta 
que ayer no alcanza para cubrir el todo 
o  el corazón que le hace mella 
en el costado donde le duele 
donde le place 
donde le clava  
donde le brota y chorrea mares de amores malencontrados. 

Como no ser el fuego si mi paisaje es de mar, 
como no ser creyente si giro en torno de otro , 
otro color 
otro horizonte donde no hay arma que me defienda 
y es el desierto todo de arena 
todo cuidado, 
todo futuro 
donde me ajeno y no me completo 
y miro el tiempo 
y no dice nada, 
nada de luz 
nada de hoy, 
ni de mañana 
que ya es de noche 
y tengo sueño 
y tengo sed 
y un agujero a mi costado 
casi tan grande como la  ausencia 
como el mismísimo mar que me nombra 
y no me  contiene.

Fuego y mar, 
inasible
perpetuidad 
en 
la 
que 
oscila 
el 
silencio.

30-12-2012