Ruido de pájaros me despierta, y la lluvia.
Digo Buen dia! En voz alta mientras caen, cuantas? Infinitas gotas en la mañana.
Diré que hoy que amaneció despacio, la vela continúa su camino de los siete dias y siete noches. Hay el silencio de máquinas del Morro. Esta mañana tiene el fresco del agua reviviendo el paisaje, haciéndolo audible; no hay silencio posible en este sitio, solo vida. Me incorporo al paisaje, el agua cesa, el viento cesa, solo yo parezco movimiento, orino con placer, el entorno me sonrie, los truenos anuncian que no todo há terminado; guarda un poco corazón que el despues es largo!
Regreso observado por infinidad de ojos, gritado por infinidad de bocas; cruza un pájaro, aun no he aprendido a nombrarlos, uno de esos rojo y negro, digo. Lavo mi cara y mis dientes con las distintas aguas; ramas pisadas me sorprenden. Buen dia! Digo. Todo bien! Dice, mientras pregunta y dice.
La mañana se suspende ahí, entre ese azul lejano, entrecortado, y este entrellover de aqui, me paro aquí, mirando la quietud del Morro. Nada se mueve? Todo se mueve? El límite de los arboles lejanos marca el comienzo del cielo, lejano? Blanco, gris y verde, la palmera irrumpe a unos metros com su coco suspendido de un hilo, O es la palmera la que cuelga del coco? O es el cielo que nace del coco?
Me niego al movimiento, no es posible quebrar este momento, entro, me siento torpe al penetrarlo, extrangero, invasor.
No pertenezco ya aquí? No soy parte? No me vivo en cada gota, en cada verde, en cada paso?
No hay respuesta, solo pájaros. Algunas hojas de palmera calentarán mi agua; arranco dos que cuelgan sin haberse mojado, regreso, la casa me mira y me engulle, parto las hojas, dudo si alcance, Dará el fuego necesario? Brotan hormigas de lo grueso de la hoja, caen huevos, larvas movedizas, hormigas huyen, recuerdan su destino, se alborotan y vuelven por sus huevos. Todo tiene vida aqui: ese tronco caído y carcomido por las termitas; la arena; hasta la muerte de Bacteria en los colmillos del perro de quien sabe quien, yo no. Explico que Bacteria era el gato de un restaurante de la “Vila” y pienso que la explicación está de más. Dará el fuego suficiente? Me oigo pensar mientras pongo un pedazo de papel y comienzo la pira con las hojas finas primero y las gruesas despues, la humedad no lo enciende, yo si, con la ayuda de un pedazo de vela brota el fuego necesario, ahi le pega justo, queda una rama de ayer y la incorporo, mientras el tiraje hace el resto. “Funciona Angelo – digo nuevamente, pero no me escucha, bajó temprano a la “Vila” digo pensando que esto tambien está de más, porque es lo mismo de todos los dias, aun de este domingo de lluvia.
Preparo el mate y dudo, deberé nombrarlo mate o chimarrão? Corto el pan y el queso, voy agregando más ramas al fuego, un pequeño pájaro azul y violeta me revoloteará despues, miro hacia el suelo y veo un pichón verde entrevolando las ramas, bajo, lo pierdo de vista, se confunde con las plantas, un pájaro verde se incorpora a los gritos del azul, encuentro al pichón, me mira a un metro, me acerco y huye. Debo agarrarlo? No, me digo, mientras camino hacia él y vuela nuevamente, mientras gritan los dos seguramente padres, lo atrapo, y aumenta el griterío, se escapa, me siento a observar, dos picaflores se incorporan a los gritos, dos verdes más, y otro más azul aún; los picaflores se paran en el aire al alcance de mi mano que seguramente no los alcanzará, provoco el pánico mientras más pájaros se incorporan, me revolotean y gritan, intentando intimidarme, alejarme, me quedo a observar: Cuantos pájaros que he reunido! Presumo. Los miro revolotearme, el pichón se aleja hacia mi izquierda, me alejo tambien, dudando si vivirá asi sin poder regresar a su nido, carente de todo, menos de pájaros. Lo envidio? Observo desde más lejos, hay una aparente calma, un pájaro verde aparece con algo en el pico, los picaflores no abandonan la vigilia, aun aqui me sobrevuelan, pero esto sucederá despues me digo mientras orino nuevamente junto con la lluvia que vuelve a caer. Morirá bajo la lluvia? Me pregunto y observo a la madre alimentándolo muy adentro de su boca roja, y recuerdo que rojo aqui es una palabra muy dificil de pronunciar.
Todo continúa su curso, la lluvia entrepara, entresigue, truena, cruje, gotea, tiembla, mece, acuna. Morirá bajo la lluvia, digo, y lo agarro nuevamente abrigándolo en mi camisa blanca hecha nido bajo el alero de la casa, dejo un pedazo de pan en señal de amistad y dudo ser comprendido, entro a la casa mientras recuerdo que antes, mucho antes, he comprobado que con una hoja de palmera se puede calentar agua para tomar mate.
Morro de São Paulo 3-2-1991
Digo Buen dia! En voz alta mientras caen, cuantas? Infinitas gotas en la mañana.
Diré que hoy que amaneció despacio, la vela continúa su camino de los siete dias y siete noches. Hay el silencio de máquinas del Morro. Esta mañana tiene el fresco del agua reviviendo el paisaje, haciéndolo audible; no hay silencio posible en este sitio, solo vida. Me incorporo al paisaje, el agua cesa, el viento cesa, solo yo parezco movimiento, orino con placer, el entorno me sonrie, los truenos anuncian que no todo há terminado; guarda un poco corazón que el despues es largo!
Regreso observado por infinidad de ojos, gritado por infinidad de bocas; cruza un pájaro, aun no he aprendido a nombrarlos, uno de esos rojo y negro, digo. Lavo mi cara y mis dientes con las distintas aguas; ramas pisadas me sorprenden. Buen dia! Digo. Todo bien! Dice, mientras pregunta y dice.
La mañana se suspende ahí, entre ese azul lejano, entrecortado, y este entrellover de aqui, me paro aquí, mirando la quietud del Morro. Nada se mueve? Todo se mueve? El límite de los arboles lejanos marca el comienzo del cielo, lejano? Blanco, gris y verde, la palmera irrumpe a unos metros com su coco suspendido de un hilo, O es la palmera la que cuelga del coco? O es el cielo que nace del coco?
Me niego al movimiento, no es posible quebrar este momento, entro, me siento torpe al penetrarlo, extrangero, invasor.
No pertenezco ya aquí? No soy parte? No me vivo en cada gota, en cada verde, en cada paso?
No hay respuesta, solo pájaros. Algunas hojas de palmera calentarán mi agua; arranco dos que cuelgan sin haberse mojado, regreso, la casa me mira y me engulle, parto las hojas, dudo si alcance, Dará el fuego necesario? Brotan hormigas de lo grueso de la hoja, caen huevos, larvas movedizas, hormigas huyen, recuerdan su destino, se alborotan y vuelven por sus huevos. Todo tiene vida aqui: ese tronco caído y carcomido por las termitas; la arena; hasta la muerte de Bacteria en los colmillos del perro de quien sabe quien, yo no. Explico que Bacteria era el gato de un restaurante de la “Vila” y pienso que la explicación está de más. Dará el fuego suficiente? Me oigo pensar mientras pongo un pedazo de papel y comienzo la pira con las hojas finas primero y las gruesas despues, la humedad no lo enciende, yo si, con la ayuda de un pedazo de vela brota el fuego necesario, ahi le pega justo, queda una rama de ayer y la incorporo, mientras el tiraje hace el resto. “Funciona Angelo – digo nuevamente, pero no me escucha, bajó temprano a la “Vila” digo pensando que esto tambien está de más, porque es lo mismo de todos los dias, aun de este domingo de lluvia.
Preparo el mate y dudo, deberé nombrarlo mate o chimarrão? Corto el pan y el queso, voy agregando más ramas al fuego, un pequeño pájaro azul y violeta me revoloteará despues, miro hacia el suelo y veo un pichón verde entrevolando las ramas, bajo, lo pierdo de vista, se confunde con las plantas, un pájaro verde se incorpora a los gritos del azul, encuentro al pichón, me mira a un metro, me acerco y huye. Debo agarrarlo? No, me digo, mientras camino hacia él y vuela nuevamente, mientras gritan los dos seguramente padres, lo atrapo, y aumenta el griterío, se escapa, me siento a observar, dos picaflores se incorporan a los gritos, dos verdes más, y otro más azul aún; los picaflores se paran en el aire al alcance de mi mano que seguramente no los alcanzará, provoco el pánico mientras más pájaros se incorporan, me revolotean y gritan, intentando intimidarme, alejarme, me quedo a observar: Cuantos pájaros que he reunido! Presumo. Los miro revolotearme, el pichón se aleja hacia mi izquierda, me alejo tambien, dudando si vivirá asi sin poder regresar a su nido, carente de todo, menos de pájaros. Lo envidio? Observo desde más lejos, hay una aparente calma, un pájaro verde aparece con algo en el pico, los picaflores no abandonan la vigilia, aun aqui me sobrevuelan, pero esto sucederá despues me digo mientras orino nuevamente junto con la lluvia que vuelve a caer. Morirá bajo la lluvia? Me pregunto y observo a la madre alimentándolo muy adentro de su boca roja, y recuerdo que rojo aqui es una palabra muy dificil de pronunciar.
Todo continúa su curso, la lluvia entrepara, entresigue, truena, cruje, gotea, tiembla, mece, acuna. Morirá bajo la lluvia, digo, y lo agarro nuevamente abrigándolo en mi camisa blanca hecha nido bajo el alero de la casa, dejo un pedazo de pan en señal de amistad y dudo ser comprendido, entro a la casa mientras recuerdo que antes, mucho antes, he comprobado que con una hoja de palmera se puede calentar agua para tomar mate.
Morro de São Paulo 3-2-1991
8 comentarios:
Hermoso relato.
Siento hasta la humedad y el perfume...
Realmente bello,como los dos pequeños
pájaros.
Mi saludo desde MDQ,Liliana
nada diré de la perfección del relato, del pensamiento que nace de la contemplación y de la acción,de los verbos anticipatorios, de la palabra justa; ni siquiera me plantearé si la planteada duda es (siquiera) duda.
pero vi un
hombre
volverse
v
e
g
e
t
a
l*
beso
Sim, vivemos "en cada gota, en cada verde, en cada paso". Quanta beleza, Gregório! Abraços!
evocación la tuya,
los pájaros de entonces vuelan en recuerdos hoy,
nosotros ya no somos los mismos,
las bandadas azules siguen de mil colores,
pinturas del tiempo nos dejan el hoy,
un abrazo
Wow que hermoso leerte, te felicito por un Blog tan refrescante y tus fotos fenomenales! :)
Hola Gregorio,
he venido a visitarte y me encuentro con esta maravilla de texto, lugar, sensaciones en la piel, todos los colores y texturas.
Precioso, estoy ahí.
Besos
Hola, antes que nada gracias por tu comentario en mi blog, cuando gustes sabes que la tapa de la caja de pandora está siempre abierta.
Tu relato es de ensueño. Bellisimo.
El monte o el morro hablan en silencio y dicen tantas cosas!!! solo hay que saber escuchar..
He tenido la dicha de experimentar tu relato, con otro paisaje tal vez, pero esa energía volvió a mí al leer tu texto.
Desde mas abajo, mate por medio, Un saludo y hasta pronto!!!
Darse cuenta de la vida que vive en cada segundo y saberlo expresar con esa habilidad amorosa, es estar profundamente despierto, con todos los sentidos atentos a lo sorpresa de lo creativo.
Inuits
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