Hay veces que no alcanza el poema para decir, y uno precisa colocar otras palabras para hacerlo, otras formas. Y aunque siempre puede existir lo poético en el texto, irá por otros caminos, recorrerá otros cauces.
Y entre esos caminos que uno anda recorriendo, he encontrado a un hacedor de magia: Juan Filloy argentino, cordobés 1894-2000, 105 años vivió, y no puedo dejar de maravillarme con mi hallazgo de navegante. Tesoro en el fondo del mar encontrado mientras me hallaba a bordo de
LA NAVE DE LOS LOCOS.
Y pueden buscar en la red que hay vasta información sobre él.
Uno siempre supo que las palabras tienen magia, o dicen más alla de lo que muestran o significan, y está aqui una prueba cabal de eso: la escritura palindrómica, lo que para nuestro vulgar lenguaje significa escritura capicúa, aquella cosa de los boletos que guardábamos y algunos hasta coleccionaban, (yo he contribuído para alguna colección, que no se si habrá subsistido hasta los dias de hoy).

Boletos que, demás está decir, han muerto, llevados como tantas otras cosas por el vendaval de la modernidad hacia los estantes de lo obsoleto. Yo a veces me pregunto, desde esta distancia en la que me encuentro, donde han ido a parar los cientos de miles de expendedores de boletos y sus compañeros inseparables los aparatitos de guardar monedas, que le daban un tono cromado a nuestros transportes colectivos?


Deciamos palindrómica, escritura que signifique lo mismo leyendola de izquierda a derecha, o de derecha a izquierda.
Pero volvamos a Juan Filloy, y para aclarar de que estamos hablando basta solo una muestra:
ANULA LA LUNA
Todo un poema, que puede leerse igualmente en los dos sentidos y, al contrario de los boletos del colectivo que solo dependían de la suerte, o de la ubicación en la fila de espera, requiere un arduo ejercicio de paciencia y dedicación para lograrlo.
Pueden intentarlo los que se animen, que poemas cualquiera escribe, hasta uno puede encontrarse con alguna palabra palindrómica, como
ANILINA por ejemplo, pero ya un poema palindromico llega muy cerca del imposible.
Y digamos, que este Juan Filloy, como dice en la entrada del
blog es poseedor de un record como creador de estos artilugios de la lengua.
ANULA LA LUNA es magia pura no un hallazgo casual como podrían ser las palabras
RECONOCER o
NEUQUEN, las que igualmente deben haber demandado una enorme cantidad de tiempo para ser "encontradas", no le quitemos el mérito
Ahora, Será que alguien, de entre los mortales que navegan estos mares es capaz de continuar, o hacer un poema palindrómico a partir de ese
ANULA LA LUNA con todo lo palindrómico que conlleva su simétrica figura?
Paquidérmico desafío al que tal vez me avoque en breve.
Como muestra de mis intentos palindrómicos anteriores llegando casi al logro, y sin el menor ánimo de comparar, estan en primer lugar
Abralapalabra, nombre de un grupo de poesía que asoló Buenos aires allá por el final de la década del 80 y comienzos del 90 y que tal vez todavia exista.
Y mi segundo aporte, a la cuasi-palindromía es mi
Gregberg, hazaña de la que me enorgullezco.
Está lanzado entonces el desafío.
A palindromar la vida pues con una última explicación del propio Filloy:
“EN PURIDAD ¿qué es la palindromía sino la resurrección de la misma frase de su tumba de letras?”Hagamos entonces resurrecionar las palabras.
Y vamos a
“¡ASIRNOS A LA SONRISA! “ que muchos palindromos nos llevaran a ella.
Sin duda Denis
Sin “e” Denis. (conseguí uno)