viernes, 16 de diciembre de 2011

Pinoia




Hoy todo se cae.
Los anteojos,
la zapatilla de los mil enchufes,
el duraznero,
la pila de libros,
el ultimo tornillo,
la tierra,
la posibilidad,
la marcha,
el andamiento,
el paso,
el taller,
las sillas,
mi corazón.
Ya no me restauro,
no resurjo en mis cenizas,
la violencia me abruma,
la ley pateada y pisoteada tantas veces vuelve a ser aplastada,
(y se que esto es una imagen panfletaria).
Hoy,
tal vez,
ya no sea yo.
Hoy me siento solo,
como un álamo,
como una puerta,
como un tronco flotando en el medio del mar,
(y se también que esto es una imagen cursi).
Hoy las olas me han ahogado,
no respiro,
mis brazos ya no pueden moverse.
Estoy a dos metros y medio de profundidad
con los brazos abiertos en una semi-flotación.
El tiempo se borra,
los anteojos se empañan,
mis manos están secas,
no hay alivio en la canción,
Hoy,
tal vez,
haya nacido.

4 comentarios:

Gregorio Omar Vainberg dijo...

Despues de releer esto, me aparece Javier Martinez en el oido, Grande Manal!!!

nydia bonetti dijo...

A natureza mãe não se comforma
e chora.

Abraços, Gregório. Boas Festas.

Ío dijo...

Tal vez hayas nacido en ese hoy, todos nacemos después del sueño.
Me gustó tu poema.
En cuanto a tu comentario, no puedo decirte nada respecto a ese libro que mencionas, y tienes en tu cabecera, porque lo siento, no lo he leído.
Al fin y al cabo, todas las palabras ya fueron escritas, ahora sólo le damos otras formas, tratando de decir lo mismo.
Saludos, Gregorio


Ío

Catalina Zentner Levin dijo...

Hoy fue ayer, mañana retornará la esperanza.