Saramago mira con desconfianza.
"Este no era poeta" dice.
No escribía Nies por las calles
junto con otros cuatro locos
que se ponían corbatas y paraguas
y salían a la luz de los tablados
donde no siempre había luz o tablas?
Dice.
No perseguía amaneceres
lunas llenas
taciturnas corazas
campanarios
ojos azules?... Dice.
Y ahora dobla papeles o penínsulas
donde el único misterio es el mismísimo mar
que habita el valle entre dos montañas
de recuerdos
olvidados?
2 comentarios:
Versos como barcos de papel, necesarios, imprescindibles.
Saludos
saramago, después de pensarlo mejor, dijo: siempre acabamos llegando a donde nos esperan, y lo puso como epígrafe en El viaje del elefante.
yo creo que el origamista sigue siendo un poeta
bello, abrazos*
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