Si fuera hoy la llovizna
tu caricia me haría
entero como un árbol
como un sol que por sus
ramas se derrite
y tiembla.
Me haría bueno
cálido me haría imagen.
Pero soy solo este mar que
merodea
y no importa que no tengas
ojos para verme
manos para tocarme
piernas para andarme
sos la piel que me
estremece
el cielo que me toca
la ciudad que no duerme
la que me muerde
boca de innumerables
palabras
lengua de miradas
constantes
el hierro que me talla
la batalla
la canilla que gorjea
el sillón desprevenido.
Pero no soy la llovizna,
digo
soy solo este mar que
merodea
y mi rodilla duele y se
acalambra
y entonces la caricia
vuelve
tibias las mañanas
y las flores nacen
y el sol calienta
y las frutas maduran
y los caminos andan
y las orugas se aquietan
y tu piel me devuelve
me inocenta
me hace enjambre
me aguijona en el momento
exacto
en que llovizno y buscan
asidero azul
donde salvarse...
las mariposas.